Abrí
este blog en 2013 con la idea de poder desahogarme, de poder explicar lo que
siento, de poder hablar de diferentes situaciones de mi vida, más fáciles o difíciles,
pero poder hablarlas, poder expresarlas… tener el valor para ello.
Y lo
cierto es que así ha sido desde entonces, hay entradas que me han costado mucho
escribirlas, porque os he hablado de situaciones muy difíciles de mi vida o en
momentos en los que me apetecía llorar, y escribir fue como la medicina que
necesitaba.
Escribir,
también, ha sido y es un punto de encuentro entre yo y tú, que estás al otro
lado de la pantalla, que lees mis vivencias, mis pensamientos, mis historias…
en definitiva, que me acompañas.
Y es
bonito pensar que alguna vez pueda ser el abrazo de alguien que no lo está
pasando del todo bien. Es bonito pensar que, al otro lado, hay alguien que
alguna vez se ha sentido identificado conmigo, que lo que siento y escribo
también sea un poco hogar para alguien. No sé si me entiendes.
Así que
te doy las gracias por estar, por ser.
Por
formar parte de este mundo de caos y perfectas imperfecciones.
Por
acompañarme en mis historias y ser, desde hoy, una parte de ellas.
Esto, también es un abrazo.
Y es para ti.